NO ASESINES A EROS

Por Juan Pablo Álvarez

Es un componente de la salud y del desarrollo personal, social y profesional. Cuando cuidamos esta dimensión erótica se tiene una vida más satisfactoria, porque la persona posee una mayor autoestima y mejores relaciones afectivas, sociales y profesionales.
El erotismo no tiene edad, pero por lo general, cuando se habla de ello siempre está unido a la actividad sexual y esto no es así. La moral social tiende a llevarlo solamente al espacio de la sexualidad y ya no es solo la religiosa o la política, sino que es internalizada por las personas, quedando reflejada en el imaginario colectivo, no sólo de forma represiva sino impositiva, más o menos soterrada, hasta tal punto que es difícilmente imaginable dialogar cómodamente sobre ciertos aspectos que en este post no me voy a extender.
No es un aspecto frívolo de la vida. Aunque parezca extraño, algo tan consustancial al ser humano, se sigue asociando con aspectos negativos, siendo todo lo contrario, un elemento de salud y felicidad. El erotismo no es sexualidad, es una capacidad de atracción entre los seres humanos, tiene una relación directa con la sensualidad y que puede llegar a la sexualidad.
Erotismo y sensualidad están muy relacionados, aún cuando no signifiquen lo mismo, aunque ambos hacen referencia a buscar, atraer e incitar a otras personas.
El erotismo va más allá de la sensualidad y de la sexualidad, dado que comprende expresiones faciales complejas, acciones corporales y manifestaciones verbales, formas de vestir, etc. Lo que significa que abarca señales sonoras o visuales, especializadas y simbolizadas por el lenguaje, transmite emociones. El erotismo puede adoptar mayor o menor tendencia a la sexualidad dependiendo de la intimidad y la intencionalidad con que se emplee.

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