Es muy interesante indagar el sentido griego del adjetivo idiota, quizás debiéramos aplicarla a muchos políticos de hoy en día y acercarnos, pasando aunque sea de refilón a esa época grecorromana.
Para estos ciudadanos era muy importante que el gobernante de la Ciudad Estado ejerciera adecuadamente el gobierno, conduciendo la Ciudad Estado en beneficio del bienestar general, y no a favor de unos pocos particulares, cumpliendo éste con sus obligaciones públicas con el máximo grado de perfección.
Por eso es interesante, para indagar en este asunto, saber un poco la etimología de las palabras de la antigua Grecia y Roma, ya que de ellos deriva nuestro rico idioma como es el Español del 2014 construido y mejorado día a día por los ciudadanos de 21 países.
En latín, la lengua romana, es politicus y ésta del griego politikos cuyo significado es "de los ciudadanos".
Idiota, palabra española que proviene del latín idiota, es un adjetivo que encontramos en su raiz griega idiotes, usándola tanto para el masculino como el femenino.
Su raíz es idios significaba lo privado, lo personal, distintivos propios de un ciudadano que se preocupaba solo de sí mismo, de sus intereses privados y particulares y no prestaba atención a los asuntos públicos, ya sea de la ciudad o del estado, y más tarde fue tomando cuerpo por añadidura la acepción de incultos y no conocedores de las artes.
En la época grecorromana, en la vida pública todos participaban, esto era de suma importancia para los ciudadanos libres que consideraban deshonroso no participar en ella. No siendo por lo tanto una profesión o carrera, ya que se estimaba una deshonra no participar en los asuntos de su Ciudad Estado.
Se convirtió poco a poco en esa época en una acepción despectiva, entre los ciudadanos libres, la frase ser un idiota.
Para ellos idiota era simplemente aquel que se preocupaba solo de sí mismo, de sus intereses privados y particulares, sin prestar atención a los asuntos públicos y/o políticos.
La mayoría de los que se dicen a si mismos, hoy en día, políticos, y dicen gobernar la Ciudad o Estado en beneficio del ciudadano, no responden a lo que realmente les concierne que es el Estado o Ciudad y su buen fin, sino que responden solamente a sus intereses propios y privados por lo que sólo son idiotes.
Sería interesante recuperar este adjetivo IDIOTE en esta época y aplicarla a muchos personajes que pululan y se disfrazan de políticos, porque a pesar de los años que han pasado desde Pericles o Sócrates, es muy actual.
